INVENCIÓN DE LOS AZULES LA - VERGARA LEONARDO

"Lo más precioso que tiene Leonardo Vergara son sus encadenamientos, un armazón en forma de embudo, con capullos que van apareciendo deliberados, una costura de versos frescos, pesados, insistentes, una propuesta audaz, si se quiere, para los que apuestan por tensar los textos a su mínima justeza o le temen al desborde sensorial. Hasta que nos encontramos con libros como este, cuya densidad no ha nacido de una búsqueda intencional por parte del poeta (que se juega el cuerpo en su caos) sino a una fatalidad ineludible: Es preciso decirlo así, no de otro modo. Tal confección de imágenes provoca una constricción que nos irá entumeciendo, sumergiéndonos o emergiendo con él, sincronizadamente; imbuidos en el universo que ha construido lo ausente, un universo que lo atrae, del que reniega por momentos o se resigna irremediablemente en otros. Y digo esto porque cada poema es un estadio de metamorfosis, una lucha interna, un intento de parirse de la herida. O se es la oruga mimetizada con el paisaje del cual se defiende, o se es la crisálida en continuo estado de reposo. Mímesis, Reposo o Muda incansable en la añoranza. Añoranza que el poeta persevera en entender y atender a través de un diálogo con un otro al cual se interpela, se ama y se recrimina obstinadamente. Atrapado en las arenas movedizas del deseo, observa y describe su guerra, su tránsito, la reacción de todo lo que lo rodea, que es una extensión de su ánimo, como si fuese su propia piel descamándose, intentando esa fase final: la huida. Es un libro sobre el amor, pero fundamentalmente sobre el miedo, miedo a seguir detrás de gestos que se apagan, miedo al desprendimiento y a lo que de él perdura, al extrañamiento físico, a la ferocidad del deseo. Sí, al deseo, ese cimiento de la nada edificándose para siempre. Son poemas-metamorfosis, poemas-desvelos, poemas-urgencias, por salir y desdoblarse con el mundo, diluirse en el mundo y que éste también hable, para no seguir siendo él solo, para toda la pena." Laura García del Castaño