La poesía de Roberto Appratto apunta a la condición plural del acontecimiento, y ese suceso se da dentro de una ontología estética que concentra la palabra dentro de sus límites posibles. Todos sus libros hablan desde ese sentido. Pero se trata también de un pluralismo que nos lleva a la democracia de los saberes, es decir, lo que se puede contar sin echar mano al artificio.Su lírica refiere a hechos urbanos, a diálogos internos, a las posibilidades que la enumeración propone como acumulación de sentido. Appratto no recupera el tiempo sino que es tiempo admitido como forma de imponer un discurso. Esa idea que supone el autor sobre la poesía es una cuestión de escuchar: toda la literatura está ahí aunque no aparezca todavía, es tan vital y válida como acariciar un cuerpo ajeno. Appratto consigue que uno crea que la escritura es sencilla, ya que su cadencia, la cadencia de sus textos, se inoculan a uno con una naturalidad muy dificil de llevar a cabo. Los constructores de sentido tienen esa particular habilidad de mostrarte lo complejo como si fuera digerible. La lectura de este libro es una oportunidad privilegiada de leer a uno de los más sólidos poetas uruguayos junto con sus contemporáneos Eduardo Espina, Eduardo Milán, o Jorge Vidal, entre otros, pero además es el momento justo de interesarse en una estructura poética donde la consciencia y un humanismo fortalecido por la experiencia de un período muy duro del Uruguay, se dan la mano. Mario Arteca.