Antonio María Hernández fue protagonista de todas las etapas del proceso de reforma constitucional de 1994. En este libro, efectúa un análisis de los períodos “preconstituyente” (cuando se declara la necesidad de la reforma a cargo del Congreso, que culmina con la elección popular de los Convencionales); “constituyente” (cuando la Convención ejercita el poder constituyente y sanciona las reformas) y “postconstituyente” (destinado a la reglamentación y cumplimiento de la reforma producida). En el período específicamente constituyente, el autor considera la legitimidad de la reforma, sus ideas-fuerza, el diseño constitucional y la modernización producida. Finalmente, en el período postconstituyente, señala graves incumplimientos, acorde a nuestra débil cultura constitucional y de legalidad.
Esta Convención, en un marco ejemplar de pluralismo democrático, produjo la más importante reforma constitucional, tanto en la parte dogmática, de declaraciones, derechos y garantías, como en la parte orgánica, de organización del poder. Ella implicó un significativo ejercicio de política arquitectónica en nuestro tiempo. Sin embargo, el autor afirma que, a veinticinco años de su sanción, la misma fue incumplida y violada, como el resto de la Ley Suprema. (…) Es tiempo de cumplir la Constitución, no de cambiarla, para consolidar una democracia social, republicana y federal, cuyo primer objetivo es constituir la unión nacional.