El primer poemario de la autora se centra sobre un universo propio y particular, con una mirada original y sensible, palabras atravesadas por la pandemia y por sobre todo la búsqueda de una voz singular.
Stella Marys Darraidou nos dice en la contratapa: “experiencia que aborda la problemática social, el universo de los afectos y también las vivencias durante la reciente pandemia”. A mi juicio – siempre subjetivo- el libro de Lucía es indagación y certeza. Un decir que desde lo constitutivo del propio título “Desangra y arma”, nos habla de alguien que se duele y se desangra en cada palabra para volver a reunirse desde la conciencia de lo vivido y la afirmación de su propia identidad.
Sus poemas se van abriendo uno a uno de manera constitutiva desde el cuerpo, el recuerdo y el mundo que la rodea. Con ellos vamos saltando por estados, certezas, alegrías y dolores, en la comunión femenina de una conciencia plena y de tan plena, dolorosa hasta el cansancio. Una veta propia, sensual, femenina se desliza por poemas con un erotismo pleno, esa sustancia que da sentido de nuestro estar en el mundo y que ha ido siendo censurada y mal vista. En ella, en sus palabras, se dilucida el sentido profundo del cuerpo cuando se lo nombra sin prejuicios.
Un bello libro, multifacético en sus contenidos, original en su estructura y en sus silencios como en el uso en el uso de las imágenes que giran alrededor del decir de los poemas.
Inicio de una obra, nacimiento de una voz.