Las palabras de Hebe eran sabiduría. Saber popular. Saber de frases y de gestos, saber de acciones y acompañamientos, y de coherencias y de las otras. Tanta sabiduría de calle, de pueblo, como la del Diego. Ambas del Sur. 

Y en este libro permanece plena toda esa sabiduría. Nadie como Demetrio supo de su pensamiento ni de sus ansias de filosofar con la historia y con los temas de la actualidad. Una filosofía tan de abajo que desató la huracanada suma de hechos y batallas que cien enciclopedias no podrán contener. Hebe fue las luchas. Todas las luchas.

Aquí están las venturas y desventuras, la memoria de Hebe desde su áspero pasado hasta los hermosos sueños cumplidos. Aquí está el amor, tanto como sus atrevimientos. Y se nota que nada, pero nada, tuvo que fingir, cuando le tocó hablar (¿confesarse?) en su programa de radio, ante la mirada y la escucha atenta de un cronista que hoy nos asombra con este material. 

Pablo Llonto