Wladyslaw Tatarkiewicz (1886-1980) es una de las grandes figuras del humanismo polaco del siglo XX. Su reconocimiento internacional viene dado por el mérito al ordenar las nociones y conceptos en el ámbito de la historia y la estética, formular sus propias soluciones e introducir criterios pluralistas. La erudición, lucidez y claridad son características de una obra personal que constituye fuente inestimable para estudiar la historia de la estética.

La estética de Tatarkiewicz es de tipo histórico-filosófico, analítico y no normativo, liberal, pluralista, antiformalista, y rechaza soluciones extremas. La mejor denominación que podría aplicársele sería la de "la estética del término medio". Sus méritos principales son una excelente semántica y un análisis de los problemas, profundas interpretaciones, revisiones históricas, clasificaciones precisas de las posturas y conceptos que han sido discutidos. La moderación -una característica típica de su estética-, el cuidado en expresar opiniones y juicios precisos, y formular su propia concepción son quizás el resultado de la enorme erudición histórica de su autor. Los elementos del conocimiento indican la conciencia de una extraordinaria complejidad de problemas que son el núcleo de la estética, y la conciencia de la futilidad de todas las concepciones extremas y monistas hasta ahora existente, que, aunque unilaterales, contienen, sin embargo, un germen de verdad.