El fenómeno de la adicción generalizada es estudiado y trabajado intensamente en el campo del psicoanálisis de la orientación lacaniana, ya que es un aspecto que puede constatarse en la clínica contemporánea. El mercado, mediante los avances de la ciencia y la técnica, produce objetos de consumo, los cuales son propuestos y promovidos por la plataforma cultural imperante bajo la promesa de brindar una satisfacción absoluta. En una cultura que promueve el goce autista mediante una satisfacción que prescinda del otro, ¿qué efectos podemos suponer sobre los lazos sociales? En una civilización donde el mercado promueve la uniformidad de los goces, pero en ese mismo movimiento rechaza a los que no tienen acceso al consumo que es propuesto, ¿qué incidencia segregativa se reconoce? ¿dónde esperar el retorno de lo rechazado que estructuralmente es necesario mantener a raya? Elucidar el fenómeno de la segregación se vuelve crucial, sobre todo por su presentación en la época actual. Y se vuelve crucial hacerlo específicamente dentro del campo de las toxicomanías, ya que, como plantea Miller en Para una investigación sobre el goce autoerótico (1993), el goce toxicómano tiene por especificidad no pasar por el Otro, ni por el goce fálico, como un modo de huida ante el Otro sexual.